Yo soy un influencer… ¡y tú también!
Mi artículo en «Influyentes Cantabria»
El tema de los influencers o influyentes, aunque es de total actualidad, en realidad es más antiguo de lo que parece. Desde que el mundo es mundo, existen influencers. Pero ¿podemos todos ser influencers?
Os invito a leer el artículo que recientemente he publicado sobre este tema, en el digital «Influyentes Cantabria«.
En la era digital en la que vivimos, el término influencer se ha vuelto cada vez más popular. Solemos asociarlo con personas famosas en las redes sociales que tienen miles o incluso millones de seguidores. Pero, ¿sabías que todos podemos ser influencers en nuestras propias vidas y en la vida de los demás? Sí, tú también.
Una persona influyente (o influencer) es alguien que gracias a su personalidad y sus habilidades sociales, tiene la capacidad de influir sobre las opiniones y decisiones de las personas de su entorno. Podemos percibir a un influencer como un prescriptor amigo, más humano y creíble que la publicidad tradicional.
Para ser un influencer no es imprescindible tener una gran cantidad de seguidores en las redes sociales. En realidad, lo que implica es tener la capacidad de impactar y motivar a otros, ya sea en nuestro entorno cercano o en una comunidad más amplia. Todos tenemos la capacidad de influir en las personas que nos rodean, ya sea de forma positiva o negativa. Podemos decir que, si bien la cantidad es importante, lo es aún más la calidad de nuestras interacciones. En esta ocasión, el tamaño solo importa si la calidad de los contenidos que generamos es útil e interesante para los demás.
La clave para convertirnos en influencers radica en la autenticidad y en la conexión genuina con los demás. No es necesario tener una audiencia masiva para generar un impacto significativo en la vida de alguien. Puede ser tan simple como compartir una sonrisa, brindar apoyo emocional o compartir conocimientos y experiencias, tanto en el mundo analógico o físico como en el digital.
Cada uno de nosotros tiene habilidades, conocimientos y pasiones únicas que pueden inspirar y motivar a otros, si las damos a conocer. Puede ser a través de nuestras habilidades artísticas, nuestra experiencia en un campo específico o simplemente nuestra forma de ser y de enfrentar los desafíos de la vida. Todos tenemos algo valioso que ofrecer, filtrado por nuestros valores, que es nuestra opinión sobre cualquier tema, producto o servicio.
Además, las redes sociales, los blogs y la tecnología nos brindan una plataforma para amplificar nuestro impacto en el mundo digital. Aunque no tengamos una gran cantidad de seguidores, siempre podemos utilizarlas para compartir nuestras ideas, conocimientos y experiencias con un público más amplio. Nunca se sabe quién puede verse inspirado por nuestras palabras o acciones. Al fin y al cabo, todos influimos en todos a la hora de tomar nuestras decisiones.
Pero la parte más interesante para los influencers es la monetización de sus publicaciones. Esta puede concretarse de diversas formas, como colaboraciones pagadas con marcas, publicidad en sus contenidos, promoción de productos o servicios a cambio de comisiones, venta de productos propios, suscripciones de pago para contenido exclusivo y participación en programas de afiliados, donde ganan comisiones por cada venta generada a través de sus enlaces. Estas estrategias les permiten convertir su presencia en redes sociales en una fuente de ingresos sostenible.
Los influencers suelen ser populares en áreas como la moda, la belleza, el fitness, la comida, los viajes, entre otros. En especial, la industria del turismo, y todo lo que le rodea (es de todos sabido que se trata de un sector que transversalmente afecta a muchos otros como el ocio, la cultura, el comercio, etc.), se ha subido al carro de los influencers para llevar la experiencia de viajar a un nivel completamente nuevo.
En este sector, los influencers son como los guías turísticos digitales del siglo XXI. Su capacidad para crear contenido auténtico, aportando credibilidad, confianza, segmentación y alcance global, los convierten en socios ideales para dar a conocer las marcas. Cuando se trabaja con un influencer de viajes, se está invitando de alguna forma a sus seguidores a un emocionante viaje hacia ese destino o servicio turístico. Quizás no sea para ahora mismo, pero sí que tendrán en cuenta sus testimonios en un futuro próximo. Porque todas las informaciones que reciben sus lectores a través de sus publicaciones, quedan archivadas en el disco duro de su cerebro, y serán tenidas en cuenta en decisiones futuras.
Así que la próxima vez que pienses en un influencer, recuerda que tú también tienes el poder de influir en los demás, al igual que a la inversa. No subestimes el impacto que puedes tener en la vida de alguien. Comparte tu autenticidad, comparte tus pasiones y sé un influencer positivo en el mundo que te rodea. Y si, de paso, logras monetizarlo, miel sobre hojuelas.
Recuerda, ¡yo soy un influencer… y tú también!
Enlace a la publicación original en Influyentes Cantabria.