Dentro de la programación de FOXIZE SCHOOL, la primera Escuela de Negocios Avanzada en Digital Business, me complace informaros que impartiré una serie de cursos especializados en Política y Redes Sociales, además de otros temas de Social Media, empezando por un curso de introducción a la Política 2.0, a partir del cual iremos profundizando en todas las áreas de acción.
A raíz de una conversación con Guillem Recolons (de @Soymimarca), sobre nuestras respectivas experiencias a la hora de trabajar nuestras propias marcas personales, surgió la idea de realizar este post, narrando mi experiencia personal directa. Me he permitido la licencia de parafrasear el título de un post suyo («La putada de llamarse García«), al dar título a mi artículo, publicado en «La Voz Libre«.
La putada de apellidarse Fernández
Como paso previo a la creación de una “marca personal”, es imprescindible tener muy claro quiénes somos, de dónde venimos, … y luego ya veremos a dónde vamos. Nuestra identidad personal será la piedra angular sobre la que edificaremos nuestra respectiva “marca”, será el punto de partida, desde nuestro nacimiento, con el nombre y apellidos que nos “han tocado” para toda la vida.
Según el INE, en España somos 928.656 quienes nos apellidamos Fernández, cifra ampliamente superada por los 1.484.707 García, los 935.931 González, y los 933.764 Rodríguez.
Esto no sería nada malo, ni siquiera molesto, si lo que pretendes es pasar desapercibido entre la multitud. Pero si quieres darte a conocer como profesional y llegar a destacar entre los demás, asociando tus valores a tu identidad, no ayuda mucho el hecho de tener un apellido tan vulgar como Fernández, ni un nombre tan normal como Luis, pues somos muchos los “Luis Fernández” existentes. Un simple “googleo” confirma que mi nombre y apellido está muy extendido digitalmente, destacando además unos cuantos tocayos famosos:
– Luis Fernández Estébanez, actor español, conocido por su papel de “Culebra” en “Los protegidos”.
– Luis Fernández, arquitecto, actor, escritor y director venezolano.
– Luis Fernández (entrenador), exjugador y entrenador de fútbol.
– Luis Fernández, exdirector de RTVE.
Los dos últimos aparecen únicamente en noticias en que se les cita, ya que no tienen web ni presencia en redes sociales; en cambio, los dos primeros sí que tienen actividad digital, tanto directa, como a través de sus “fans”. Empiezo a estar acostumbrado a ser seguido (especialmente en twitter, donde mi usuario es @luisfernandez) por muchas jovencitas fans de los luises actores, tanto españolas como venezolanas, y a que hagan comentarios sobre mis “actuaciones”, hasta que se dan cuenta del equívoco y me «abandonan».
Hace unos días, alguien que decía ser el propio actor español (desde la cuenta @LuchoFernandez_) me solicitó en twitter que intercambiáramos los nombres de usuario, argumentando que él es actor y famoso, aun cuando esa cuenta tiene menos “followers” que yo (!). Obviamente, no accedí, ni lo habría hecho aunque fuese el auténtico actor (que lo dudo), pues mi identidad, unida a mi actividad tuitera desde hace 4 años, me ha forjado una “marca personal” de la que forma parte indisoluble mi nombre de usuario en twitter, @luisfernandez. Como dice Alfonso Alcántara (@Yoriento), “Hay dos tipos de usuarios Twitter, los que tienen un nombre con guión bajo y los que eligieron bien”, o mejor dicho, “los que llegamos pronto”.
Ante esta abundancia de nombres e identidades, ¿qué puede uno hacer para diferenciarse y reafirmar su identidad digital? Veamos algunas posibilidades:
1) Utilizar los dos apellidos siempre, algo que enorgullecerá a nuestras madres.
2) No utilizar el primer apellido, obviándolo, si el segundo tiene más “personalidad”.
3) Modificaciones vía Registro Civil:
- Unir los dos apellidos con un guión, convirtiéndolo en apellido compuesto.
- Colocar un “de” delante de tu primer apellido.
- Alterar el orden entre el primero y el segundo apellido (solo sirve si el segundo no es tan corriente como el primero).
4) Utilizar un apodo, mote (otra forma de llamar a tu «marca personal»), o tu marca comercial, pero solo si tu empresa eres tú mismo. No es conveniente vincular tu nombre al de la empresa en que trabajes, ya que la relación laboral no es eterna. Nuestra marca somos nosotros, no la empresa que nos contrata.
Entre todas estas, yo opté por la primera opción, la de utilizar siempre mis dos apellidos en todas las comunicaciones (tarjetas, web personal, blog, redes sociales, etc.), por su simplicidad, y por ser la que mejor me diferenciaba del resto de “tocayos”.
No obstante, sigue siendo inevitable coincidir con otros “Luis Fernández del Campo”: un concesionario mexicano de automóviles, un ingeniero que da nombre a un puente en la A-6 a su paso por Ponferrada, y un ilustre personaje que dio nombre (o apellidos) a una calle de Bilbao (podéis verlo en la placa). Aunque afortunadamente, al dedicarnos a actividades tan diferentes, no hay confusión posible entre nosotros.
Una vez tengamos decidido y definido nuestro nombre “digital”, el paso inmediato será registrar el dominio en la web y blogs, además de las principales redes sociales. Para ello existen varias herramientas que nos pueden ayudar a hacerlo rápidamente, de un solo vistazo: Namechekr, namechk, knowem.
A partir de aquí, cuando estés preparado, y tengas definidos un objetivo y una estrategia, será el momento de empezar la actividad en redes sociales, desarrollando y difundiendo tu marca personal. Pero eso ya es cuestión de otro post.
Firmado: Luis Fernández del Campo (Consultor Social Media)
Parafraseando el título de la famosa obra de Fernando Fernán Gómez, las Instagram son para el verano. Y para el resto del año también, pero es durante las vacaciones de verano cuando más se ha intensificado el uso de esta aplicación para hacer y compartir fotos.
¿Qué es Instagram? Es una aplicación gratuita que sirve para hacer fotos desde el smartphone con la que los usuarios pueden aplicar efectos fotográficos (filtros, marcos, colores retro y vintage). Estos filtros provocan un efecto «vintage», que es lo que el cómico Berto Romero denomina «fotos aviejunadas». Además de haber generado su propia red social para compartirlas, se pueden incluir en otras redes, como Facebook, Twitter, Tumblr y Flickr, siendo este el factor clave para su viralización.
¿Cuándo usarla? En todo momento, al fin y al cabo solemos llevar nuestro smartphone siempre encima nuestro. En muchas ocasiones, no tendremos a mano una cámara fotográfica, pero sí nuestro teléfono móvil. Por mucho que nos esforcemos, no habrá mejor cámara para captar un instante que la que llevemos en la mano, y esa será casi siempre la del teléfono. Además, con una gran ventaja añadida: que al estar conectados a internet podemos difundirla de inmediato por cualquier red social, y compartirla con todos a quienes les pudiera interesar.
¿Es imprescindible Instagram para hacer fotos? No, por supuesto que no. Se pueden hacer y compartir fotos desde el teléfono, como siempre. Pero los filtros y efectos de esta aplicación destapan el artista que muchos llevamos oculto, y que además gusta de exhibir sus obras ante el mundo entero, especialmente ante la comunidad de «instagramers» agrupados en su red social.
¿Por qué en verano? Es evidente que en verano tenemos más tiempo libre, pasamos muchos ratos fuera de casa e incluso de nuestra ciudad, y estamos más receptivos a fotografiar y compartir lo que vemos, unido al efecto «vacaciones» que nos motiva a conservar un recuerdo en imagen de los lugares que estemos visitando. En definitiva, la situación vacacional anima a los usuarios a mostrar paisajes, playas, tapas, comidas, monumentos, etc.
¿Cuál es el secreto de su éxito? Hay varios factores que han convertido a esta aplicación en toda una red social, nacida en noviembre 2010, que ha pasado de 7 millones de usuarios en agosto 2011 a los 85 millones un año después. Entre ellos, destacar su sencillez de uso, su versatilidad, y sobre todo, el «efecto discoteca» que se provocó tras haberse lanzado inicialmente sólo para el «exclusivo» grupo de usuarios de iPhone y iPad, y abrirse año y medio después, en abril 2012, al colectivo de Android, el otro gran grupo de smartphones que amenaza el poderío del imperio de la manzana.
Sobre estas y otras cuestiones relacionadas con Instagram y redes sociales, fui entrevistado el pasado viernes 24-08-12, en el programa «En días como hoy» de RNE, que ahora dirige Carlos Garrido. Esta es la entrevista que me hicieron:
Hace unos días tuve la gran oportunidad de entrevistar para el programa HOY NEGOCIOS a mi amigo Oscar del Santo, un excelente profesional del Social Media, que encarna los valores de la web 2.0: compartir, colaborar, cocrear, dialogar, conversar, y promover relaciones «win to win».
El nombre de Oscar del Santo está ligado íntimamente (y así lo confirma el buscador de Google) a los conceptos “Marketing de atracción”, “reputación online”, “personal branding”; en los que Oscar se ha labrado una seria reputación como referente en el tema, predicando así con el ejemplo aplicado a su trayectoria profesional.
En los últimos meses, Oscar del Santo ha venido realizando una gira por diversas ciudades españolas y por otros países latinoamericanos, presentando su último libro “Marketing de Atracción 2.0 – Cómo conseguir tus objetivos online con el mínimo presupuesto”. Un subtítulo realmente atractivo en momentos como el actual, en el que la escasez de recursos (financieros) agudiza el ingenio.
Este libro ha sido escrito conjuntamente con el especialista venezolano Daniel Alvarez, y maquetado por Jesús Mier. Por cierto, os dejo aquí el enlace para que podáis descargaros gratis este libro, como cortesía del propio Oscar del Santo.
Este es el video de la entrevista que le hice en HOY NEGOCIOS:
El pasado 24 de julio se ha celebrado en Barcelona, en el Hotel Grums, el evento #SMMBCN organizado por los alumnos de la última promoción del curso de Social Media Management de INESDI, y con el patrocinio, entre muchos otros, de HOYONLINE TV, para la grabación y difusión del video. El tema a debatir era «Cómo emprender en Social Media sin recursos», en una mesa redonda de emprendedores que precisamente han vivido esta experiencia.
El evento 2.0 se convirtió en una prueba fehaciente de que es posible aunar voluntades y organizar algo, basándose en la filosofía «win to win«, a partir de apoyos mutuos, en torno a un tema de interés. Y de tanto interés, que las 200 entradas se habían agotado, y hubo gente que asistió inesperadamente que tuvo que seguir el acto de pie desde el final de la sala. Este es un buen ejemplo de que, sin recursos, se puede organizar un evento con presupuesto cero, pues salvo el coste de los abanicos de cartón (que cumplieron merecidamente su función refrescante), todos los demás recursos fueron cedidos gratuitamente por los patrocinadores, a cambio de unir sus marcas y su imagen en un evento con importantes sinergias para todos.
Desde HOYONLINE TV felicitamos a los organizadores del acto, por haber logrado coordinar a tantas personas y empresas que lo han apoyado y han entendido lo que representan los valores 2.0.
¿Qué se ha conseguido con este evento?
– Aprender (o ratificar lo sabido) sobre cómo emprender en redes sociales sin recursos (económicos). Además de las experiencias personales de todos los ponentes, cabe resaltar la síntesis que el siempre didáctico y metódico Pedro Rojas nos realizó en una infografía.
– Notoriedad y visibilidad en las redes sociales del propio evento, que fue Trending Topic en Twitter durante su celebración.
– Visibilidad y posicionamiento como expertos en este tema de los ponentes en la mesa redonda.
– Visibilidad para todos los patrocinadores, en los blogs, webs, y redes sociales de los asistentes, y del resto de patrocinadores.
– Networking entre asistentes, entre ponentes, entre ponentes y asistentes, entre todos, y con los patrocinadores.
– Pasar un buen rato todos juntos charlando y brindando con cava antes de marchar (o no) a nuestras merecidas vacaciones estivales, dando por clausurado el curso académico-profesional.
Os dejamos aquí con el video de la mesa redonda, que fue emitido el martes 31 a las 20:30 en el programa «HOY NEGOCIOS»
Firmado: Luis Fernández del Campo
Consultor Social Media en Hoyonline TV
En los últimos tiempos, se viene hablando mucho de conceptos como «win to win» en las relaciones comerciales, en los eventos de networking, y hasta en las relaciones de pareja. La idea, en sí, es tan vieja como el ser humano, y trata de sintetizar la base sobre la que establecer una relación con pretensiones de ser duradera. Algo que debería ser absolutamente lógico, pero que se ve frenado por otra tendencia innata en la sociedad: la competición, más que la competitividad.
Desde pequeños, en muchos de nuestros juegos (parchís, cartas, monopoly, poker, etc.) se plantean estrategias de competición, de todos «contra» todos, en las que si uno gana es a costa de que los demás pierdan. Estos planteamientos, totalmente legítimos y hasta lógicos, serían válidos si estuviéramos en la época de las cavernas y nuestra supervivencia dependiera de vencer al «enemigo», derrotarle, y arruinarle. Pero no en la actualidad.
El concepto «win to win» se centra en establecer relaciones en las que ambas partes ganen: » si ganan mis clientes, yo también gano». En efecto, toda relación a largo plazo se basa en un beneficio mutuo para ambas partes. Una relación «yo gano, tu pierdes» puede ser efectiva a corto plazo, pero no se repetirá nunca más (salvo caso de masoquismo por parte del «perdedor»).
La idea se basa en una serie de valores, empezando por la confianza que se debe crear entre cliente y vendedor. La confianza solo puede ganarse con empatía, si el vendedor se centra realmente en las necesidades del cliente, no en colocar sus productos o servicios. Hay que pensar siempre en el largo plazo, en fidelizar y mantener al cliente, que la relación sea duradera, buscando una colaboración mutua, ayudando al cliente en lo que necesita. Es preciso ser honestos, ir con la verdad por delante, y ser siempre transparente.
Si se genera confianza en el cliente, éste volverá más rápida, más frecuente y más fácilmente. El resultado será de una mayor rentabilidad para el vendedor y de mayor valor para el cliente.
En mi sección del programa de «HOY NEGOCIOS» del 24-julio, tuvimos como invitada a Nuria Alba Pérez, CEO de Win2win, empresa de consultoría que apoya a emprendedores y start-ups a establecer relaciones «win to win» con sus clientes, proveedores y colaboradores en general, toda una «facilitadora» de negocios entre personas con un compromiso ético, quien nos estuvo desvelando las claves para una provechosa relación en los negocios.
Firmado: Luis Fernández del Campo
Consultor Social Media en Hoyonline TV
En los momentos críticos como el actual, con la que está cayendo, es cuando más debemos tirar adelante con nuestro mejor ánimo y fuerzas. Las redes sociales son un fiel exponente de lo que sucede en la vida física, pues somos las mismas personas quienes nos relacionamos y compartimos opiniones, noticias, comentarios, etc. que fuera de ellas, y ante el panorama que nos rodea, no tenemos más remedio que empezar por animarnos nosotros mismos. Es por ello, quizás, que en los últimos meses se estén produciendo una serie de iniciativas en este sentido, unas promovidas desde marcas comerciales, y otras, espontáneamente por personas anónimas (como el ya famoso barrendero que canta Bob Esponja).
Se suele decir que en las redes sociales en general, y en twitter en particular, suele imperar entre los habituales un ambiente de «buen rollo» (trolls aparte), en línea con la filosofía y los valores 2.0. Así, tendemos a ayudar a quien necesita ayuda, intercambiamos y compartimos información, conocimiento, apoyo mutuo, etc. Quizás ese «buenrollismo» en el fondo sea interesado, pues lo que demos acabará siendo lo que recibiremos (aunque no sea directa ni proporcionalmente), pero en todo caso es muy de agradecer.
Una de las personas que más se han distinguido por trasladar alegría y buen humor a las redes es nuestro amigo Cuco de Venegas, creador del hashtag #wenrolling, e impulsor del buenrollismo en las redes. Tras su simpático avatar en forma de patito, cada mañana nos saluda con su «guzmorninj», su «jelou», o nos desea «guznait» al irnos a dormir. Esta es la entrevista que le hice en el programa de Guateque Digital, para Hoy Negocios TV:
El pasado 25 de junio se celebró en Barcelona, en la sala de la antigua Fábrica Moritz, la mesa redonda: «¿Business Angel o Venture Capital? ¿Cómo emprender y financiar tu proyecto?», bajo los auspicios del IE Círculo de Emprendedores y del IE Barcelona Club, coordinado en su nombre por Leysi Rotellini.
Ante todo, agradecer a la organización haberme permitido participar en este evento, colaborando en la grabación del video desde HOYONLINE TV, y con mi participación como moderador de la mesa redonda, con dos ponentes de excepción, Sonia Mulero (Fundación INLEA – LinktoStart) e Isabel Sabadí (Iris Experience), auténticas expertas y promotoras del emprendimiento, desde sus respectivas organizaciones.
Este es el video íntegro del debate celebrado, editado por Hoyonline TV, y emitido online recientemente:
Además, puedes ver aquí los principales tuits y material audiovisual producidos durante el mismo, en el storify elaborado por Leysi Rotellini en colaboración con Luis Fernández del Campo:
¿Prefieres perder internet o un meñique? Esta pregunta fue planteada por un ponente en el III Congreso Social Media Marketing (Barcelona, 2011), y me vino de nuevo a la mente el reciente 22 de junio, durante la caída de twitter a nivel mundial.
Cabe comentar que entre quienes asistíamos a aquel congreso (aficionados, especialistas y frikies de las redes sociales), se levantaron muy pocas manos a favor de la opción “sin internet”, que se fueron inmediatamente abajo cuando el ponente especificó que llegados a esa decisión extrema, podríamos escoger cualquiera de los cuatro meñiques. Obviamente, esta fue la decisión unánime de los asistentes: mejor sin meñique (del pie) que sin internet.
Es un hecho innegable que internet se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestras vidas, una “commoditie”, como lo serían la electricidad o el agua corriente. Pero además sucede que más de la mitad del tiempo que los usuarios activos utilizamos la red, lo hacemos usando las redes sociales. La conectividad entre personas, a través de las redes, es continua y móvil, ya no se limita al tiempo que pasamos delante de nuestro ordenador, sino que nos acompaña en todo momento gracias a nuestro Smartphone, nuestra “varita mágica” socializadora. Un elemento imprescindible, por todo lo que implica a nivel comunicativo, y que nunca nos olvidamos de llevar encima (ya incluso hay un nombre para el síndrome de abstinencia del móvil: nomofobia).
En mi caso, y creo que en el de la mayoría de quienes nos dedicamos al Social Media, de todas las aplicaciones que tenemos en el teléfono, mi favorita es twitter, la más usada, la más versátil, útil y completa herramienta de comunicación digital. ¿A qué estaríamos dispuestos a renunciar, para conservar twitter? ¿a otro meñique, quizás?
El 22 de junio sufrimos una caída de twitter a nivel mundial, no era una mera operación de mantenimiento. Como supimos al día siguiente, se trataba de un ataque de hackers, que mantuvo caído el sistema durante una hora en las principales ciudades, y que en el resto llegó a prolongarse durante casi un día. Ya hace un año se produjo una situación parecida entre los usuarios del servicio de Blackberry, que estuvo caído durante varios días, por un fallo inexplicable en su “estable y seguro” sistema; está claro que no hay sistema infalible que pueda resistirlo todo, y que estamos expuestos cualquier día a tener que volver al modo “analógico”.
Tras los apagones generales de hace años, era tradicional esperar un aumento de la natalidad para los siguientes 9 meses. Hoy en día, nos basta con un corte del servicio en la telefonía móvil, o en las redes sociales, para ponernos nerviosos y tener que buscar alternativas digitales, o en último caso, analógicas. Así, en plena caída de twitter, los que lo utilizamos como principal herramienta nos lanzamos al resto de redes, dándose la paradoja de llegar a tuitear en facebook (como hacíamos los compañeros del grupo “Social Media Revolution”), para mantener el contacto y ya de paso bromear en plena debacle tuitera. Está claro que ciertas cosas nos gusta hacerlas en grupo, y las redes sociales son perfectas para ello.
Y como no hay dos sin tres, en el momento de escribir este artículo, 30 de junio, después de todo un día intentando subir fotos a la red Instagram (donde se comparten fotos retocadas con filtros que les dan un toque artístico), descubro que ha habido una caída generalizada de este servicio, junto con Pinterest y Netflix. Las fuertes tormentas en Virgina (USA), cual “efecto mariposa”, han provocado serios problemas técnicos en la “nube” de Amazon que aloja físicamente a estos servicios, entre otros. Afortunadamente, a estas alturas ya controlamos más redes que Spiderman, y seguimos compartiendo nuestras fotos, “tuneadas” en Instagram, por Facebook o Twitter, mientras duró la interrupción.
Definitivamente, podríamos vivir sin algún meñique, pero no podremos vivir ya sin las redes sociales, porque somos precisamente eso: seres sociales. Cada vez contamos con redes más potentes creando lazos de confianza y de “engagement” entre personas, en base a compartir contenidos y conocimientos en una aldea global.
Luis Fernández del Campo
(Artículo publicado en LA VOZ LIBRE)
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